La crisis hídrica en la Región de Coquimbo se intensifica, afectando gravemente a la agricultura y las comunidades locales. Descubre cómo la construcción de una planta desaladora, anunciada por el gobierno para el segundo semestre de 2024, promete mitigar esta emergencia y garantizar un suministro constante de agua potable.
Crisis Hídrica en Coquimbo: Una Década de Desafíos
La Región de Coquimbo ha estado lidiando con una severa crisis hídrica durante más de una década, y la situación se agrava cada vez más. A pesar de las diversas propuestas y el creciente interés de las autoridades, la realidad es preocupante. Con precipitaciones por debajo de lo normal proyectadas para el futuro cercano, el panorama es desalentador. Según datos del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), en marzo de 2024, el Embalse Cogotí en Combarbalá tenía un 0% de almacenamiento de agua, y el Embalse La Paloma, el más grande de Chile, solo alcanzaba el 1% de su capacidad. En total, el agua embalsada en la Provincia de Limarí no supera el 4%.
Esta crisis ha llevado a consecuencias devastadoras para la agricultura y las comunidades locales. Miles de hectáreas se están perdiendo, empresas están cerrando, y pequeños productores se ven incapaces de cultivar debido a la falta de recursos para perforar pozos más profundos. La situación es tan grave que se considera una crisis humanitaria, con familias dependiendo de camiones aljibe para obtener agua potable mínima.
La Necesidad de Soluciones Sostenibles
La escasez de agua en Coquimbo no es solo el resultado de condiciones climáticas adversas, sino también de una gestión hídrica deficiente y la sobreexplotación de recursos. Para abordar esta crisis, es esencial implementar soluciones sostenibles y a largo plazo. Una de las propuestas más prometedoras es la construcción de plantas desaladoras, que pueden proporcionar una fuente constante y confiable de agua potable.
En respuesta a esta crisis, el gobierno ha anunciado la licitación de una planta desaladora multipropósito en la región de Coquimbo, que se iniciará en el segundo semestre de 2024. Esta planta tendrá una capacidad de 1.200 litros por segundo y beneficiará a 540.000 personas, garantizando un suministro estable de agua potable para la conurbación Coquimbo-La Serena y posibilitando el envío de agua desalinizada a Ovalle.
El Presidente Gabriel Boric destacó la importancia de este proyecto para asegurar el suministro y la calidad del agua potable en la región. La ministra de Obras Públicas, Jessica López, también subrayó que la planta desaladora es solo una parte de un conjunto de medidas para abordar la crisis hídrica, que incluye la construcción de nuevos pozos y el tratamiento de aguas servidas.
Experiencia en Antofagasta: Un Modelo a Seguir
La desalación no es nueva en Chile, la Región de Antofagasta demuestra el éxito de las plantas desaladoras. Desde 2003, la Planta Desaladora Norte ha abastecido al 100% de los habitantes de Mejillones y al 80% de la capital regional. Además de lo que hacen sus plantas en Taltal y Tocopilla. Gracias a este proceso, los habitantes de la región tienen acceso al vital recurso, cumpliendo esta con todos los estándares de calidad. Por otra parte, las áreas verdes en Antofagasta han aumentado diez veces, algo notable considerando que esta planta se encuentra en el desierto más árido del mundo.
La construcción de la planta desaladora en Coquimbo es un paso crucial para mitigar la crisis hídrica en la región. Este proyecto no solo garantizará un suministro constante de agua potable, sino que también permitirá la recuperación agrícola y mejorará la calidad de vida de los habitantes. Con una inversión significativa y un enfoque en la sostenibilidad, la región de Coquimbo puede enfrentar este desafío y asegurar un futuro más próspero para sus comunidades.Etiquetas: #Desaladora #CrisisHidrica #Coquimbo #Sostenibilidad #AguaPotable #InfraestructuraHidrica #GobiernoDeChile