El objetivo del terminal aéreo es reducir en un 40 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
El Aeropuerto de Santiago, Arturo Merino Benítez, dio un nuevo paso para convertirse en el primer terminal áereo de Latinoamérica en operar con hidrógeno verde y acelerar su meta de descarbonización.
Nuevo Pudahuel, cuyos principales accionistas son Groupe ADP y VINCI Airports, firmó un Memorándum de Entendimiento (MoU) con Air Liquide, Colbún, Copec, en presencia de Airbus, seis grandes actores de la industria energética y aeroportuaria, con el objetivo de incorporar este combustible libre de carbono en sus operaciones.
La experiencia y expertise complementarios de cada una de las empresas locales reunirá todos los elementos necesarios para establecer un ecosistema más sostenible dentro del complejo aeroportuario Arturo Merino Benítez.
Colbún se encargará de construir la infraestructura necesaria con «paneles fotovoltaicos para autogeneración tanto sobre tejados como también en los terrenos colindantes al aeropuerto», explicó el gerente general de la empresa, José Ignacio Escobar.
Air Liquide convertirá esa electricidad limpia en hidrógeno verde y Copec se encargará de distribuirla a los vehículos, para en 2035 poder abastecer también aviones con combustibles cero emisiones de CO2.
Xavier Lortat-Jacob, gerente general de Nuevo Pudahuel, afirmó al respecto que “como concesionario tenemos un compromiso con el Estado de Chile. Recientemente entregamos una nueva terminal, que aumenta considerablemente la calidad y áreas para vuelos internacionales”.
Asimismo, indicó que “estamos impulsando su uso con nuevas rutas y nuevas aerolíneas, pero debemos innovar asegurándonos de crecer actuando por el cuidado del medio ambiente. Lo hacemos utilizando esta energía limpia, en cuyo desarrollo han sido pioneros nuestros principales accionistas. El hidrógeno verde nos permitirá apoyar el crecimiento del transporte aéreo en armonía con el medio ambiente”.
Cabe mencionar que esta iniciativa contribuirá específicamente al objetivo del Aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago de Chile de reducir en un 40 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y lograr la neutralidad de carbono para 2050.